fbpx

Compartir

La fiebre de los implantes bajo la piel ha llegado para quedarse

¿Te imaginas pagar en un establecimiento pasando tu mano por el datáfono? ¿Recibir actualizaciones sobre tu estado de salud a tiempo real en tu smartphone?

Si bien ya hay muchas formas de llevar la tecnología NFC desde la tarjeta de crédito, los teléfonos inteligentes y las pulseras para pagar, la realidad de los implantes NFC en el cuerpo humano apunta cada vez más fuerte. En países como Suecia llevan años utilizando esta tecnología para uso sanitario y laboral y se calcula que actualmente más de 5000 personas hacen uso de ella diariamente.

Al contrario de lo que mucha gente cree, los implantes NFC son seguros y nada perjudiciales para el humano, al contrario, tratan de proporcionar un estilo de vida mucho más saludable gracias a los datos que recogen. Sin duda, son la mejor opción para aquellos que quieren aprovechar al máximo su tecnología y estar en la vanguardia de sus comodidades.

La tecnología implantable tiene grandes ventajas: a diferencia del equipo que llevamos en el bolso, en los bolsillos o alrededor de su muñeca, los implantes nunca se pueden perder. Esto significa que se pueden usar para reemplazar, por ejemplo, insignias, tarjetas magnéticas y, lo que es más importante, dispositivos portátiles de salud. 

Los pioneros en utilizar los implantes NFC fue Epicenter, una empresa sueca que permitió a sus trabajadores llevar estos chips para que los identificara a la hora de fichar, pasar los controles de acceso, usar la impresora o comprar en las máquinas de vending de la oficina. «Los implantes son una tecnología muy versátil que se pueden utilizar para muchas cosas diferentes, como por ejemplo, tener el pasaporte covid siempre accesible en un implante», explica el director de interrupciones de Epicenter, Hannes Sjoblad.

La línea de ferrocarril estatal sueca SJ también empezó a escanear las manos de los pasajeros que tenían implantados chips biométricos. De esta forma, los clientes pueden realizar acciones como comprar el billete directamente en la red y desde una aplicación cargar el billete en el propio chip.

Los que parecían unos “locos” en España, desde Interaktell decidimos apostar por ellos. Juanjo Tara es uno de sus fundadores y lo vió claro desde el principio “Primero fueron los ordenadores de sobremesa, luego los portátiles, ahora los móviles y los wearables. Lo siguiente serán los implantes”, afirma Juanjo. 

La empresa, DSRUPTIVE, lleva unos 10.000 dispositivos vendidos, a unos 200 euros, en todo el mundo, en países como Estados Unidos, Inglaterra, Japón, Suecia o Dinamarca, en solo dos años. En Almería, si alguien se lo implantase, lo podría usar, por ejemplo, para entrar en el gimnasio del EgoSport Center, en las instalaciones del PITA y “en cualquier sitio donde se utilicen tarjetas para acceder”.

La principal característica de DSRUPTIVE es permitir la lectura segura, económica y fácil de parámetros vitales en cualquier entorno. El usuario simplemente deberá pasar su smartphone por encima del implante y la app registrará en pocos segundos su temperatura corporal. Este simple gesto proporciona al usuario informes personalizados, consejos y pautas para mejorar salud. 

Sin embargo, las utilidades de este chip planteado a gran escala llaman la atención cada vez a más empresas. DSRUPTIVE será capaz de reconocer por ejemplo, el inicio de una pandemia, si la temperatura corporal de la población ha subido de manera general o, detectar si en una empresa los trabajadores están sufriendo temperaturas demasiado altas

Se trata de pequeñas cápsulas de vidrio equipadas con sensores que se inyectan debajo de la piel y el procedimiento es rápido y relativamente indoloro debiendo ser ejecutado por especialistas en piercings o implantes

Los implantes son dispositivos pasivos, lo que significa que no tienen baterías sino que se activan a través de la antena NFC de un teléfono inteligente. No pueden emitir ni recibir información a menos que estén activados con un teléfono específico que esté emparejado con el implante. Y es que una de las mayores preocupaciones de sus fundadores, además de la seguridad, es el respeto por la privacidad de los usuarios. “Queremos que se active cuando el usuario lo decida, para que no pierda el control de la tecnología. Tenemos una serie de valores éticos que no queremos pasar”, asegura Juanjo Tara.